El uniforme de trabajo, además de ser un conjunto de piezas con las que el consumidor puede identificar quiénes son los representantes de una marca, cumple con muchos objetivos. Entre ellos, encontramos el hecho de agregar cierta formalidad o el reforzamiento de una identidad cooperativa. Sin embargo, si hay algo con lo que debe cumplir es con las siguientes características: práctico, seguro y cómodo. Propiedades que cobran aún más importancia se hacemos referencia a mujeres embarazadas. ¡Sigue leyendo y descubre qué debe poseer un uniforme en esta situación! ¿Cómo debe ser tu ropa de trabajo? A la hora de escoger el uniforme de premamá, es importante que distingas en qué fase de gestación nos encontramos, ya que el comportamiento de cada embarazada es diferente. Normalmente es a partir del tercer o cuarto mes cuando el cuerpo comienza a sufrir un cambio más acentuado: las caderas se ensanchan, los pantalones que usabas ya no valen y crece el volumen del pecho. Por ello, es necesario adecuar el vestuario laboral. Obviamente, tienes que comunicar esta situación a tu empresa lo antes posible para adaptar tus funciones en caso de que sea necesario, así como para facilitarte un uniforme especial de premamá. Entre las recomendaciones para elegir dicha vestimenta encontrarás: Una chaqueta o blusa de trabajo que sea fácil de poner y quitar. Evita aquellas que sean cerradas por unas que cuenten con cierre de botones en el centro o automático. La forma acampanada te ofrecerá mayor amplitud a medida que va creciendo tu peque. Ante todo, prioriza siempre la comodidad. Un pantalón de trabajo cómodo y amplio de cadera. La mejor opción a tener en cuenta es un modelo con goma regulable, ya que no oprimirás tu barriga. Esto te permitirá ajustar el tamaño de la cintura según vayan pasando los meses del embarazo. El calzado es una pieza indispensable. Los pies son la base de tu cuerpo y quieres soportan todo tu peso, que no va a ser poco. Por ello, necesitas mimarlos utilizando piezas que te resulten cómodas y amplias. Durante el embarazo es normal que los pies te duelan más, incluso es posible que se te ensanchen, pero optando por calzado adecuado conseguirás atenuar dichas dolencias. Evidentemente, evita los tacones altos. Te será muy dificultoso llevarlos, ya que tu centro de gravedad está desplazado, y no son buenos para la circulación. Otra consideración a tener en cuenta es utilizar calcetines que compriman tanto como para permitir la buena circulación de la sangre. Recuerda que tu comodidad y la de tu bebé es lo más importante. | 
